Desde los inicios de la Federación, la Directiva Suprema fue clara: ninguna expedición intergaláctica podrá interferir jamás con el natural desenvolvimiento de otras civilizaciones.
Pero ahora el Capitán Picard se enfrenta a órdenes que contradicen ese decreto. Si decide aceptar, los pacíficos habitantes del planeta Ba´ku serán removidos a la fuerza de su extraordinario mundo, todo en nombre del bien que recibirán millones que se beneficiarán de su fuente de la eterna juventud.
Si desobedece, él arriesgará al Enterprise, su carrera y su vida. |