Un asesino está acechando a las jóvenes de clase alta de Londres, con un curioso sistema de actuación que se repite: secuestra a sus víctimas y, tras quitarles las medias, se las introduce en la boca hasta ahogarlas.
La ausencia de violación o contacto íntimo no es un obstáculo para que Sherlock Holmes, el magnético y seductor detective creado por Conan Doyle, deduzca que hay un componente fetichista en ese asesino, cuya obsesión se centra en los pies. |