Frankie es una peluquera atea en Estados Unidos que le fascinan las fiestas. Un día sus dos muñecas empiezan a sangrar como si se hubiese hecho un corte profundo. Al mismo tiempo tiene ataques espasmódicos, alucinaciones y heridas en los pies.
Andrew Kiernan es un sacerdote del vaticano que tiene la misión de investigar estos acontecimientos y queda confundido cuando descubre que Frankie es atea, porque los estigmas sólo afligen a la gente profundamente católica.
Frankie empieza a escribir frases en arameo, un idioma que desconoce y que no se utiliza desde el tiempo de Cristo |