Aunque después se hayan hecho versiones con más dinero o mejores efectos, sin duda este clásico es el responsable del mito cinematográfico del gorila gigante. Aventuras, suspenso y una deslumbrante imaginación visual, que no se conservó en las versiones siguientes.
Un director de cine contrata a una actriz para filmar una película en una isla tropical. Los expedicionarios descubren la existencia de un gorila gigantesco y lo transportan a Nueva York para exhibirlo en un espectáculo público. En plena ciudad, el gorila enloquece por la actriz.
Uno de los mayores exponentes del cine de terror que puede interpretarse en diferentes direcciones. En su beta sociológica, en el contexto de la crisis del crack de 1929 de la bolsa de Nueva York, la película retrata la extrema pobreza de los habitantes de la ciudad de los rascacielos. La destrucción de la ciudad por el gran gorila se puede interpretar como una alegoría del impacto de la crisis económica que produjo el crack.
Por otra parte, la relación entre el gigantesco simio y la frágil y bella actriz se convirtió en un elevado ejemplo de amour fou, que años después los surrealistas situarían como el centro de sus postulados. |