En plena Guerra Fría, el director Paul Mazursky armó esta comedia que pretende reírse tanto del estilo de vida norteamericano como del ruso, pero en verdad siempre deja claro cuál de los dos le parece el mejor y más justo.
Un inspirado y menos histérico Robin Williams encarna a Vladimir, el saxofonista ruso que deserta durante una gira por Nueva York y, luego de deslumbrarse con el capitalismo, debe enfrentar los bemoles de la sociedad de consumo. |